Es un verdadero misterio eso que llaman “memoria colectiva”, tan extraña que a veces se presenta como una ficción o un cuento de hadas que dura mientras el rating lo permita. Muchos ni siquiera saben, aún después de años de uso, el número de su documento o la nomenclatura exacta de sus casas. Hasta en la vida de pareja se presentan problemas que muchas veces están atados al olvido de una fecha o a la falta de claridad respecto del tipo de relación que se lleva. Qué ser humano tiene una memoría perfecta sin que eso represente un mal psíquico o motriz?... a cambio de una memoría fotográfica el autismo gobierna el cuerpo de algunos. Si ni siquiera tenemos desarrollada una memoria propia menos podemos hablar de una memoria colectiva más allá de lo que relatan los libros, pues muchas cosas que no se escriben tienen mayor repercusión en el presente y el futuro de lo que hechos, reconocidos como históricos, pueden manifestar.
En el trancurso de mi vida he tenido conocimiento y he vivido en la época de muchos eventos que, según predicaron los medios y las personalidades de entonces, cambiarían el mundo tal como lo conocemos, convirtiéndose en axioma digno de veneración y respeto profundo. El Frente nacional, el Bogotazo, La muerte de Galán y la elección de su dizque sucesor Cesar Gaviria; todos estos eventos en su apogeo se engrandecían con la promesa de un mañana más agradable. Cuál mañana, y cuál más agradable? Ese mañana es como el despertar de una dama de esas que algunos llaman putas y otros consideran compañía a cambio de un monto económico; un amanecer cuando ya es de noche y en el que, para no recordar el ayer, se siembran semillas de esperanza en el propio corazón.
Recuerdo muy bien a los gobiernos de turno predicando que con la captura o dada de baja; un eufenismo a la pena de muerte como el de “falso positivo”, que se usa para no tener la molestia de hablar de asesinatos selectivos por parte de las fuerzas armadas del estado; de los jefes del narcotráfico la paz reinaría por siempre, algo que todos sabemos fue, es y será una completa bola de caca. Al contrario, los carteles se hicieron más fuertes, se desperdigaron y le siguen haciendo pistola a esa patraña conocida como plan Colombia. La producción aumenta, el consumo no disminuye y la idea de legalización es menos que una utopía, el narcotráfico es un negocio redondo que beneficia a los que producen como a los que “luchan” en su contra dejando un montón de víctimas en el limbo de indiferencia.
Todo plano es perfecto para vender falsas ilusiones y generar mayores ingresos publicitarios. Un país como este necesita tener una vía de escape a esa realidad a la que muchos le temen, Algunos escriben, otros leen y otros ven fútbol; hermoso deporte manchado de fanatismo construido, piedra por piedra por los señores patrocinadores de este espectáculo. El 5-0, ese momento de gloria para el fútbol de Colombia fue, en mi opinión, la peor maldición para nuestra venida a menos selección de fútbol de mayores. Esa tarde de euforia se transformó rápidamente en la antesala a la profecía de una consecución de la copa mundo. Recuerdo con pesar la caravana de honor y posterior condecoración por parte de los padres de la nación a un grupo de deportistas que no hacían nada más que su trabajo, lo hicieron bien, pero también lo hacen bien, y a diario, millones de compatriotas que nunca tendrán la felicidad de ser vistos de reojo por los que reparten condecoraciones como Cristo repatió pan y pescado. Qué pasó con la selección luego del 5-0??? Cuáles los tan presagiados logros??? Cuántos los momentos de alegría???
Las falsas ilusiones del mar de nuestra historia refrescan mentes que desean ser engañadas, que se deleitan con una noticia con minúscula alegría. Mentes que esperan un brote de paz con el despeje de un territorio, con la muerte de un dirigente guerrillero o con un falsa desmovilización armada. Cuántos creyeron el cuento aquel de que para solucionar los problemas de Colombia, reducidos a un solo nombre: FARC, no eran suficentes cuatro años sino ocho y hasta doce... Y todo por las mismas.
Dos años cumplió la famosa y única, llamada por los medios criollos y obviamente las mismas fuerza armadas, la operación más limpia de la historia de cualquier ejército; título que hace pensar en un grupo miliciano que porta detergentes en lugar de armas; la operación JAQUE. Todo indicaba que la liberación de Ingrid a través de cualquier vía sería la catapulta de la paz universal y de paso la colombiana por no mencionar el comienzo del fin del secuestro en este maltratado territorio. La señora Betancourt no solo no representó ninguna de las anteriores, además no cumplió ni papa de todas las promesas que de momento pregonó. Por el contrario ahora llena las páginas de revistas y periódicos, endulza los almuerzos y comidas televisivas, y es parte todas la insulsas encuestas mediáticas debido a su acción judicial en contra del estado en aras de unos miles de millones de pesos simbólicos, algo poco más valioso que los billetes de Tío rico, una pendejada. Faltaba más!!!!!
Todas esas simuladas esperanzas retumban algún instante para luego perderse, regresando nada más cuando es conveniente para algunos o como es normal en tierras diáfanas como la nuestra, en forma de serie o calentao de televisión.
En el trancurso de mi vida he tenido conocimiento y he vivido en la época de muchos eventos que, según predicaron los medios y las personalidades de entonces, cambiarían el mundo tal como lo conocemos, convirtiéndose en axioma digno de veneración y respeto profundo. El Frente nacional, el Bogotazo, La muerte de Galán y la elección de su dizque sucesor Cesar Gaviria; todos estos eventos en su apogeo se engrandecían con la promesa de un mañana más agradable. Cuál mañana, y cuál más agradable? Ese mañana es como el despertar de una dama de esas que algunos llaman putas y otros consideran compañía a cambio de un monto económico; un amanecer cuando ya es de noche y en el que, para no recordar el ayer, se siembran semillas de esperanza en el propio corazón.
Recuerdo muy bien a los gobiernos de turno predicando que con la captura o dada de baja; un eufenismo a la pena de muerte como el de “falso positivo”, que se usa para no tener la molestia de hablar de asesinatos selectivos por parte de las fuerzas armadas del estado; de los jefes del narcotráfico la paz reinaría por siempre, algo que todos sabemos fue, es y será una completa bola de caca. Al contrario, los carteles se hicieron más fuertes, se desperdigaron y le siguen haciendo pistola a esa patraña conocida como plan Colombia. La producción aumenta, el consumo no disminuye y la idea de legalización es menos que una utopía, el narcotráfico es un negocio redondo que beneficia a los que producen como a los que “luchan” en su contra dejando un montón de víctimas en el limbo de indiferencia.
Todo plano es perfecto para vender falsas ilusiones y generar mayores ingresos publicitarios. Un país como este necesita tener una vía de escape a esa realidad a la que muchos le temen, Algunos escriben, otros leen y otros ven fútbol; hermoso deporte manchado de fanatismo construido, piedra por piedra por los señores patrocinadores de este espectáculo. El 5-0, ese momento de gloria para el fútbol de Colombia fue, en mi opinión, la peor maldición para nuestra venida a menos selección de fútbol de mayores. Esa tarde de euforia se transformó rápidamente en la antesala a la profecía de una consecución de la copa mundo. Recuerdo con pesar la caravana de honor y posterior condecoración por parte de los padres de la nación a un grupo de deportistas que no hacían nada más que su trabajo, lo hicieron bien, pero también lo hacen bien, y a diario, millones de compatriotas que nunca tendrán la felicidad de ser vistos de reojo por los que reparten condecoraciones como Cristo repatió pan y pescado. Qué pasó con la selección luego del 5-0??? Cuáles los tan presagiados logros??? Cuántos los momentos de alegría???
Las falsas ilusiones del mar de nuestra historia refrescan mentes que desean ser engañadas, que se deleitan con una noticia con minúscula alegría. Mentes que esperan un brote de paz con el despeje de un territorio, con la muerte de un dirigente guerrillero o con un falsa desmovilización armada. Cuántos creyeron el cuento aquel de que para solucionar los problemas de Colombia, reducidos a un solo nombre: FARC, no eran suficentes cuatro años sino ocho y hasta doce... Y todo por las mismas.
Dos años cumplió la famosa y única, llamada por los medios criollos y obviamente las mismas fuerza armadas, la operación más limpia de la historia de cualquier ejército; título que hace pensar en un grupo miliciano que porta detergentes en lugar de armas; la operación JAQUE. Todo indicaba que la liberación de Ingrid a través de cualquier vía sería la catapulta de la paz universal y de paso la colombiana por no mencionar el comienzo del fin del secuestro en este maltratado territorio. La señora Betancourt no solo no representó ninguna de las anteriores, además no cumplió ni papa de todas las promesas que de momento pregonó. Por el contrario ahora llena las páginas de revistas y periódicos, endulza los almuerzos y comidas televisivas, y es parte todas la insulsas encuestas mediáticas debido a su acción judicial en contra del estado en aras de unos miles de millones de pesos simbólicos, algo poco más valioso que los billetes de Tío rico, una pendejada. Faltaba más!!!!!
Todas esas simuladas esperanzas retumban algún instante para luego perderse, regresando nada más cuando es conveniente para algunos o como es normal en tierras diáfanas como la nuestra, en forma de serie o calentao de televisión.