Si bien, el usar una prenda tan ridícula como el corbatín; para combinarla con una cara aún más ridícula que finge una carismática sonrisa en aras de conseguir votos; es ya suficiente motivo para no ofrecer ningún respeto a Hernando Zabaleta Echeverry, y hablar de él es casi que darle importancia a su detestable personalidad, creo necesario poner el tema en la mesa, pero no como tendencia de momento, creo que a diario se debe promover el odio a tipejos como este que esgrimen títulos universitarios como prueba de su buena educación. Creo que se debe promover la intolerancia contra los que por algún azar de la naturaleza se creen con el derecho divino de pisotear a los que están muy por abajo de ellos, según su propio criterio..
Se requiere un elevado nivel de ignorancia para creer que el paso por la universidad hace buenas personas, ¿acaso los altos dignatarios de la nación no son prueba suficiente? Siendo realistas, gran parte de los estudiantes van a la universidad por cualquier cosa menos por vocación, pues la educación ha sido convertida en un requisito social que se comprueba con un cartón y no con la manera de actuar de un profesional. El principal objetivo es el pedazo de papel para enmarcar y no el encuentro con el conocimiento y la construcción del mismo.
Muchos padres siguen delegando su labor a las manos de los profesores, creen que su única intervención es darle bienes materiales a sus pequeños; lo espiritual, los constructos mentales que pueden favorecer a cada individuo y su país, lo que más debería importar en términos sociales se lo encomiendan a terceros... La culpa nunca será de ellos, basta ver los comentarios de los papás y las mamás cuando los docentes suspenden labores como protesta por las cada vez peores condiciones laborales con que los gobiernos de turno los homenajean... ¿Qué, el hogar no hace parte de la formación de una persona? ¿Cómo serían los aventones que le daban a idiota del corbatín los señores Zabaleta y Echeverry? Excelente trabajo hicieron con ese pedazo de pendejo.
El arribismo colombiano no entiende de límites, incluso algo que debiera promover la ética y reales valores humanos, como la educación, es tomado como cualquier objeto que hace sentir a quien lo porta superior a sus semejantes. –Hoy es un diploma mañana un carro para restregarte en la cara que soy más que tú.
No digo que los agentes de policía sean santos de mi devoción, ni que les haga falta educación a la mayoría de ellos, como nos hace falta a la mayoría de los colombianos; pero, se espera que aquellos que aspiran a un cargo político, al menos demuestren respeto por el pueblo sobre el que se desean encaramar.
El lío en Colombia es que se aprecia al dirigente gamín, que se ufana de ser el patrón y mandar con mano dura y corazón de mierda; tal como este cabrón del corbatín, si, cabrón, porque a esos malnacidos no les debemos ningún respeto, porque no se lo han ganado, ese idiota solo merece que le aprieten su corbatita estúpida hasta que se ponga morado y aprenda la lección.
Para escorias como esa es que están echas las groserías, así que tenemos toda la libertad de emplearlas y eso no nos hace menos.
#ProfesorRata