Creo que voy a dar inicio a un alfabeto sonoro o alguna rareza me tiene ligado a la letra "B". Ayer me acompañó, desde el día a la melancólica noche: The King Of Blues, B.B. King. El Dario Gómez gringo, dirán los que gustan de paralelos raros; pues por estas tierras tenemos al "Rey del Despecho", ahora destronado por zafios endiosados por un público aún más zafio, pues si se puede serlo… ¡ni que fueras la más buena!.
Lucille y el maestro B.B. me jugaron alguna buena broma de letras, pues hoy es la maestra BJÖRK quien me transporta de la manera más inteligente por verdaderas sendas artísticas… y apenas es la B.
Una prueba de que el arte, mejor dicho la música; pues hoy, una cloaca parlante es considerada una celestial productora de piezas maestras; puede ser más que una calculadora pegada a unos parlantes, cual la evolución que nos vende #rockalparque.
Quién tenga el tiempo y la coherencia de ver este "nivel" de concierto, entenderá porqué soy parte de la minoría que se enorgullece de que a sus oídos no haya arrimado ese tal "despacito". Por lo mismo, me precio de elegir de manera libre, o por lo menos intentarlo, sin "influencers de mierda".
Sin embargo, es paradójico, pues esta publicación busca ser una influencia. Pero, ¿de qué manera las criaturas del Señor van a sacar la jeta del estiércol si nadie les ha presentado la miel?
Att: su querido y noble:
#ProfesorRata